viernes, 11 de marzo de 2011

80 LOS MALES DEL MUNDO








Tres son los tipos de males que aquejan al mundo moderno:

1. Los males físicos: Motivados por causas externas, como las dificultades para hallar los medios de subsistencia, la pobreza, las enfermedades, etc. Males que nunca se van a poder eliminar, pero si disminuir. No es posible eliminar, por ejemplo, los dolores físicos, pero si aplacarlos a través de la medicina; es imposible eliminar la muerte, pero si es posible postergarla permitiendo que la mayoría pueda alcanzar la vejez; no es posible subsistir sin trabajar, pero si es posible pagar remuneraciones dignas de un ser humano y condiciones de trabajo seguras y agradable mediante la justicia laboral y los adelantos tecnológicos. Por lo insuficientes de sus remuneraciones, la gran mayoría de los obreros, empleados y aún profesionales, viven esclavizados a sus trabajos. Trabajos comunmente repetitivos que están bajo la amenaza constante del hastío, las enfermedades laborales (musculares, óseas y vertebrales), y la tensión nerviosa (con sus secuela de hipertensión arterial, taquicardia, úlcera estomacal y duodenal, colon irritable, diabetes, cefaleas, etc). Forzados por la necesidad de ganar más dinero para disponer por lo menos de un regular nivel de subsistencia, convierten sus escasas horas libres en horas extraordinarias de labor, viéndose impedidos gran parte de su vida a tener un tiempo de solaz con su familia y sus amigos, dedicarse al ocio productivo, la cultura o el perfeccionamiento interior, debiendo trabajar hasta la vejez acosados por el permanente temor a la cesantía., la falta de medios para educar a sus hijos; o los más desposeídos por la amenaza del hambre y la indefensión total. La mayoría de los trabajadores no tienen oportunidad de intervenir de algún modo creativo en su trabajo. Convertidos en simples máquinas productivas sujetas a la voluntad del patrón ven como su única satisfacción el pago de fin de mes. La idea del trabajo como una realización vitalizadora o un placer creatívo semejante al de los artistas, es una idea descabellada y aunque deseada, un mito irrealizable. Ya al finalizar la vida, tras la jubilación, nuevos temores acosan al hombre: temor al desprecio de la sociedad moderna por los viejos, temor a las enfermedades, a la soledad, al hastío y al aburrimiento, ya que no habiendo tenido mayor experiencia en ello, no saben como aprovechar las horas libres ahora abundantísimas, no quedándoles otro camino que sumirse en la nostalgia y la desesperanza apresurando su muerte. Es indiscutible que la principal arma para paliar los males físicos es la Ciencia, pero desarrollada integralmente sin discriminaciones de ningún tipo, para lo cual se depende del apoyo y 1ibertad que se brinde al conocimiento universal. Libertad expresada como garantía para que todo aquel que quiera estudiar algo tan nuevo y extraño, que no sea reconocido por la ciencia ortodoxa, pueda hacerlo.

2. Los Males de Temperamento: Son aquellos motivados por causas internas del hombre como el mal carácter, la ignorancia, la flojera, las pasiones insensatas, el egoísmo, la soberbia, etc, que contrariamente a los males físicos, son posibles de eliminar a través de la autorrealización y el desarrollo de la voluntad.

3. Los Males de Poder: 0 aquellos males engendrados por el poder económico, intelectual o el poder militar, cuya raíz es la prepotencia personal, con su cohorte de absolutismo, tiranía e intervención en el libre desarrollo de los individuos y de las naciones, sea por el avasallamiento económico, el enseñoreamiento psicológico a través del monopolio de la cultura y la educación, o la fuerza de las armas. Los males de poder los intensifican en gran medida los males de temperamento de las clases dirigentes. El arma principal para combatir este tipo de males es la reforma de la organización del Estado haciéndola más coordinativa que gobernante, de tal modo que la intervención de un hombre, o de un grupo, en la vida de otros, se reduzca al mínimo.

Resumiendo podemos decir que nuestras desgracias provienen de dos fuentes: 1. del medio externo al cual estamos sujetos y 2. de nuestra propia personalidad que nos sujeta al control de otros. La sociedad del futuro ha de favorecer en grado sumo el desarrollo de relaciones no discriminativas de tipo ecológico, las cuales será imposible poner en vigencia si no se produce primero a través del perfeccionamiento del Estado, una fuerte evolución de la cultura general y un consistente progreso civil expresado como libertad, seguridad, educación y servicio social.

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