jueves, 11 de noviembre de 2010

75 CIENCIA Y ARTE








La cultura científica nos ha dogmatizado, acostumbrándonos a la idea de que sólo es real lo que se puede captar con los sentidos, medir, calcular, ser reducido a leyes, experimentar y repetir; pero la verdadera realidad, hecha de substancia espiritual, necesita de sentidos diferentes para ser conocida. Por eso las ciencias físicas son por ahora incapaces de entenderla. Solamente lo harán cuando se unan simbióticamente con las ciencias del espíritu, sensibilizándose con lo subjetivo de las cosas, con aquello que el arte descubre con tanta propiedad en sus alegorías. El artista pereciera presentir los significados más íntimos de las cosas, expresándolos como diferencias formales, tonales, de modulación, matiz, claroscuro, etc, en sus obras plásticas, musicales o poéticas, que partiendo de una unidad mínima, se extienden grandiosamente mostrando una visión diferente del mundo, más hermosa, armónica, perfecta. Los objetos y eventos rutinarios, que el común de los mortales vemos aparentemente iguales, los muestra diferentes, quizás con sus almas auténticas, provocando desconocidas emociones. El lenguaje libre y, a veces, absurdo del arte es muy diferente al lenguaje convencional y lógico de la ciencia, por eso ésta jamás podrá describir con su sintaxis la irradiación mágica de una obra de arte y menos percibir las sutilezas ocultas e inefables de la realidad del mundo, ilógica muchas veces para la razón.

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