lunes, 5 de julio de 2010

50 Examinando la VIDA





Los Dos Mundos
Los seres humanos NO vivimos en un solo mundo, como creemos, sino que convivimos constantemente entre dos mundos: el exterior y el interior. El primero es percibido por los 5 sentidos de nuestra percepción externa; el segundo sólo puede ser percibido mediante el sentido de auto-observación interna.Con la vista percibimos objetos, formas. Con el oído captamos sonidos, ruidos, quizá una música o un automóvil. Con el gusto degustamos los sabores amargos, dulces de nuestra boca. Con el tacto podemos tomar conciencia de nuestra ropa, del sillón en el cual estamos sentados. Con el olfato captamos los olores del medio ambiente.

Pero acaso, ¿podemos ver o tocar nuestros pensamientos, o emociones? No, ya que estos no pertenecen al mundo externo, sino a nuestro mundo particular interno. Pensamientos, ideas, emociones, anhelos, esperanzas, desengaños, etc., son interiores, invisibles para los sentidos ordinarios, y sin embargo son para nosotros tan reales como la mesa del comedor o los sillones de la sala. Ciertamente nosotros vivimos más en nuestro mundo interno que en el externo; esto es irrefutable, irrebatible, ya que durante el sueño, cuando dejamos de vivir en el mundo externo, continuamos viviendo en el interno a través de los sueños.

En nuestro mundo interno secreto, amamos, deseamos, sospechamos, bendecimos, maldecimos, anhelamos, sufrimos, gozamos, somos defraudados, premiados, etc. Del mismo modo que a uno le es indispensable aprender a caminar en el mundo externo, para no caer en un precipicio, no extraviarse en las calles de la ciudad, seleccionar sus amistades, no asociarse con perversos, no tomar veneno, etc., así también mediante el trabajo psicológico sobre uno mismo, aprendemos a caminar en el mundo interior, el cual es explorable mediante la auto-observación de sí mismo.

En la auto-observación de uno mismo, la atención es orientada hacia dentro y para ello los sentidos de percepción externa no sirven, motivo por el cual se hace difícil para el neófito la observación de sus procesos psicológicos íntimos. Quien de verdad quiera conocer los mundos internos del planeta Tierra, del Sistema Solar o de la Galaxia en que vivimos, debe conocer previamente su mundo íntimo, su vida interior, particular, sus propios mundos internos. "Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a Dios".

Estados y Eventos

El Mundo exterior esta formado por EVENTOS, que son las circunstancias de la vida, en una reunión, por ejemplo, todos viven el mismo evento, pero algunas personas estarán aburridas, otras satisfechas, otras asombradas por lo que escuchan, etc., etc., cada una de ellas tiene un ESTADO interior. Los estados pertenecen al mundo interno particular de cada persona. Uno cambia internamente cuando de verdad consigue modificar sus reacciones ante los diversos hechos que le suceden diariamente.

Eventos

En el terreno de la vida práctica existen siempre contrastes que asombran. Gentes adineradas con una magnífica casa y muchas amistades, que a veces sufren espantosamente y humildes obreros de pala y picota viviendo felices. Los ricos de este mundo parecen buitres en jaulas de oro, que no pueden vivir sin "guardaespaldas". Los hombres de Estado arrastran cadenas, porque nunca están libres, andan por doquiera rodeados de gente armada hasta los dientes...

Estudiemos esta situación más detenidamente para aprender a vivir. Cuando las gentes desean contarnos la historia de su vida, citan constantemente acontecimientos, nombres, apellidos, fechas, etc., y sienten satisfacción al hacer sus relatos...esta gente ignora que sus relatos están incompletos porque eventos, nombres y fechas, es tan sólo el aspecto externo de la película, falta el aspecto interno. Es urgente conocer los "estados de conciencia", pues a cada evento le corresponde tal o cual estado anímico. Los estados son interiores y los eventos son exteriores, comprendamos que los acontecimientos externos no lo son todo...

Estados

Entiéndase por estados interiores las buenas o malas disposiciones, las preocupaciones, la depresión, la superstición, el temor, la sospecha, la misericordia, la importancia personal; la felicidad, el gozo, etc. Incuestionablemente los estados interiores pueden corresponderse exactamente con los acontecimientos exteriores o ser originados por éstos, o no tener relación alguna con los mismos...

En todo caso estados y eventos son diferentes. No siempre los sucesos se corresponden exactamente con estados afines. El estado interior de un evento agradable podría muy bien no ser agradable o por el contrario el estado interior de un evento desagradable no podría ser forzosamente desagradable. Muchas veces el acontecimiento que no se esperaba viene a ser el que mejores momentos nos ha proporcionado...Poner orden en nuestra desordenada casa interior es vital, cuando se desea cambiar el rumbo de una desgraciada existencia.

Las gentes se quejan de todo, sufren, lloran, protestan, quisieran cambiar de vida, salir del infortunio en que se encuentran, desafortunadamente no trabajan sobre si mismas. No quieren darse cuenta las gentes que la vida interior atrae circunstancias exteriores y que si éstas son dolorosas se debe a los estados interiores absurdos. Nadie podría negar que en nuestro interior cargamos con muchos errores y que existen estados equivocados...Si de verdad queremos cambiar realmente, necesitamos con urgencia máxima e inaplazable, modificar radicalmente esos estados equivocados de la conciencia...

La modificación absoluta de los estados equivocados, origina transformaciones completas en el terreno de la vida práctica. Cuando uno trabaja seriamente sobre los estados equivocados, obviamente los sucesos desagradables de la vida, ya no pueden herirle tan fácilmente...Debemos considerar la vida como una serie sucesiva de estados interiores; una historia auténtica de nuestra vida en particular está formada por todos esos estados...Al revisar la totalidad de nuestra propia existencia, podemos verificar por si mismos en forma directa, que muchas situaciones desagradables fueron posibles gracias a estados interiores equivocados...

Quien no trabaja sobre si mismo es siempre víctima de las circunstancias; es como un mísero leño entre las aguas tormentosas del océano..Por ejemplo ¿Cuántas personas hoy están en la cárcel por no haber sabido controlar un estado de ira y odio? Corregir estados psicológicos equivocados es indispensable cuando se quiere alterar fundamentalmente la naturaleza de ciertos eventos indeseables. Es posible alterar nuestra relación con determinados eventos si eliminamos de nuestro interior ciertos estados psicológicos absurdos.

Situaciones exteriores aparentemente destructivas, podrían convertirse en inofensivas y hasta constructivas mediante la inteligente corrección de los estados interiores erróneos. Uno puede cambiar la naturaleza de los eventos desagradables que nos ocurren, cuando se purifica íntimamente. Quien jamás corrige sus estados psicológicos absurdos, creyéndose muy fuerte se convierte en víctima de las circunstancias. Los acontecimientos cambian incesantemente en sus múltiples combinaciones; vienen uno tras otro en oleadas.

Ciertamente existen buenos y malos acontecimientos; algunos eventos serán mejores o peores que otros. Modificar ciertos eventos es posible. Alterar resultados, modificar situaciones, etc., está ciertamente dentro del número de las posibilidades. Empero existen situaciones de hecho que de verdad no pueden ser alteradas; en estos últimos casos deben aceptarse conscientemente, aunque algunas resulten peligrosas y hasta dolorosas...

Nuestro Mundo Interior, actúa como un Imán

Un lujurioso atraerá siempre escenas, dramas y hasta tragedias de lascivia en las que se verá metido. Un borracho atraerá a otro borracho y se verá metido siempre en bares y cantinas, eso es obvio. ¿Qué atraerá el usurero?, ¿el egoísta? ¿el drogadisto? ¿cuántos problemas? ¿cárceles?, ¿desgracias?

Sin embargo la gente amargada, cansada de sufrir, tiene ganas de cambiar, voltear la página de su historia. ¡Pobres gentes! Quieren cambiar y no saben cómo; no conocen el procedimiento; están metidas en un callejón sin salida...Lo que les sucedió ayer les sucede hoy y les sucederá mañana; repiten siempre los mismos errores y no aprenden las lecciones de la vida ni a cañonazos. Todas las cosas se repiten en su vida porque dicen las mismas cosas, hacen las mismas cosas, lamentan las mismas cosas. Esta repetición aburridora de dramas, comedias y tragedias, continuará mientras carguemos en nuestro interior los elementos indeseables de la ira, la codicia, la lujuria, la envidia, el orgullo, la pereza, la gula, etc., etc., etc.

Incuestionablemente los estados interiores equivocados pueden ser corregidos mediante procedimientos correctos. Como quiera que la vida interior es el imán que atrae los eventos exteriores, necesitamos con urgencia máxima inaplazable, eliminar de nuestra psiquis los estados psicológicos erróneos. Lo exterior es tan sólo el reflejo de lo interior, quien cambia interiormente origina un nuevo orden de cosas. Los eventos exteriores jamás serían tan importantes, como el modo de reaccionar ante los mismos. ¿Permanecisteis serenos ante el insultador? ¿Recibisteis con agrado las manifestaciones desagradables de vuestros semejantes?

¿De qué manera reaccionasteis ante la infidelidad del ser amado? ¿Te dejaste llevar por el veneno de los celos? Los hospitales, los cementerios, las cárceles, están llenas de sinceros equivocados que reaccionaron en forma absurda ante los eventos exteriores.

La mejor arma que un hombre puede usar en la vida es un estado psicológico correcto. Uno puede desarmar fieras y desenmascarar traidores, mediante estados interiores apropiados. Los estados interiores equivocados nos convierten en víctimas indefensas de la perversidad humana. Aprended a enfrentar los sucesos más desagradables de la vida práctica con una actitud interior apropiada. No olvidéis que acontecimientos sin ningún valor podrían llevaros a la desgracia, si no elimináis de la psiquis los estados interiores equivocados. Cada evento exterior necesita incuestionablemente del billete apropiado; es decir, del estado psicológico preciso.

Combinar Estados y Eventos

Combinar estados interiores con acontecimientos exteriores en forma correcta, es saber vivir inteligentemente. Cualquier evento inteligentemente vivenciado exige su correspondiente estado específico, pero desafortunadamente las gentes cuando revisan su vida, piensan que ésta, en si misma, está constituida exclusivamente por eventos exteriores.

¡Pobres gentes! piensan que si tal o cual acontecimiento no les hubiesen sucedido, su vida habría sido mejor. Suponen que la mala suerte les salió al encuentro y que perdieron la oportunidad de ser felices. Lamentan lo perdido, lloran lo que despreciaron, gimen recordando los viejos tropiezos y calamidades. No quieren darse cuenta que vegetar no es vivir y que la capacidad para existir conscientemente depende exclusivamente de la calidad de los estados interiores del alma...

No importa ciertamente cuán hermosos sean los acontecimientos externos de la vida, si no nos encontramos en tales momentos en el estado interior apropiado, los mejores eventos pueden parecernos monótonos, cansadores o simplemente aburridores. Alguien aguarda con ansiedad la fiesta de bodas, es un gran acontecimiento, más podría suceder que se estuviese tan preocupado en el momento preciso del evento, que realmente no podujese ningún deleite y que todo aquello se tornase tan árido y frío como un protocolo...

La experiencia nos ha enseñado que no todas las personas que asisten a un banquete o a un baile, gozan de verdad. Nunca falta un aburrido en el mejor de los festejos y la música más deliciosa alegra a unos y hace llorar a otros. Muy raras son las personas que saben combinar conscientemente el evento externo con el estado interno apropiado. Es lamentable que las gentes no sepan vivir conscientemente: lloran cuando deben reír y ríen cuando deben llorar.

Controlarse es diferente: El gente sabia puede estar muy alegre, pero nunca jamás lleno de loco frenesí; triste pero nunca desesperado y abatido, sereno en medio de la violencia; casto entre la lujuria, etc. Las personas melancólicas y pesimistas piensan de la vida lo peor y francamente no desean vivir...

Todos los días vemos gentes que no solamente son infelices, sino que además - y lo que es peor - , hacen también amarga la vida de los demás. Gentes así no cambiarían ni viviendo diariamente de fiesta en fiesta; la enfermedad psicológica la llevan en su interior. Sin embargo esos sujetos se auto-califican como justos, santos, virtuosos, nobles, serviciales, etc., etc.

Los eventos desgraciados, reveses de fortuna, miseria, deudas, problemas, etc., son exclusividad de aquellas personas que no saben vivir. Cualquiera puede formarse una rica cultura intelectual, pero son muy pocos los que se cultivan en ese sentido. Cuando uno quiere separar los eventos exteriores de los estados interiores de conciencia, demuestra concretamente su incapacidad para vivir dignamente. Por el contrario quienes aprenden a combinarlos conscientemente marchan por el camino del éxito...

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