jueves, 24 de junio de 2010

43 LA IMPORTANCIA DEL CONOCIMIENTO





Saber es poder, pero ese poder depende de la clase de conocimiento que se tenga ¿De qué sirve tener conocimientos que no valen la pena? Según la economía divina nada en este mundo se regala. Todo lo que se tuviere que aprender ha de aprenderse por el camino difícil, sacrificado, si no es así el poder de ese saber desaparece. Para aprender hay que ser inflexible con uno mismo, sacrificar muchas cosas. Las indiferencias, como la flojera, la inconstancia, la falta de entusiasmo, etc. son los peores enemigos que puede tener el hombre en el camino del saber y se hace imperativo derrotarlos.

Al conocimiento debe irse bien despierto, con atención, con respeto y con absoluta confianza; no ir en esta forma a su encuentro es un error y quien lo cometa lo lamentará toda su vida. Cuando un hombre se enfrenta al conocimiento con esas prevenciones, no cometerá errores que después deba justificar, porque en tales condiciones sus actos perderán la ineptitud y ligereza de las acciones tontas. Si una persona asi fracasa o sufre alguna derrota, tendrá la clara convicción que ha perdido solamente una batalla, lo cual no le llevará a lastimosas lamentaciones, sino a volver a empezar.

EL CONOCIMIENTO ES NUESTRO MEJOR ALIADO

Se denomina aliado a cierto poder que puede traer el hombre a su vida para que le ayude, aconseje y proporcione la fuerza necesaria para ejecutar ciertas acciones, grandes o pequeñas. El aliado es necesario para engrandecer la vida de una persona ya que su misión es guiar sus actos y su manera de pensar. De hecho, sin la ayuda de un aliado no hay aprendizaje posible de cosas superiores. Un aliado como el conocimiento hace ver y entender cosas sobre las que ningún ser humano jamás podría iluminar a otro. Y no es ni ángel ni guardián, es sólo una ayuda y una fuerza capaz de llevar al hombre más allá de los límites de su propio mundo, revelándole cosas ocultas que ningún ser humano conoce.

Un maestro, un protector o un guía se diferencia de un aliado como el conocimiento, en que a ellos no se les puede domar y usar, como se doma y se usa el conocimiento que está dentro de uno mismo. El maestro, protector o guía esta fuera de uno mismo; el enseña la buena manera de vivir a veces con su palabra, con su mano, con las piedras, los árboles, o nada más que enfrente de uno, por simple presencia, sin pronunciar palabra alguna, pero con un mensaje distinto para cada uno ya que cada persona interpreta en forma diferente su modo de ser, y esto es así porque a él es imposible conocerlo realmente y nadie puede decir cómo es él, excepto el mismo. Esta característica hace al maestro, protector o guía un factor de poder único, pero impreciso que no es el mismo para todos los hombres. En cambio la adquisición de un aliado como el conocimiento requiere aprender una enseñanza muy particular, muy precisa siguiendo sin desviaciones una serie de etapas o pasos.

Hay muchos poderes aliados en el mundo, pero el más conocido es el conocimiento. El conocimiento es un aliado que tiene que buscarlo cada persona con su propio esfuerzo, paciencia y constancia, es la única manera de poder confiar en él y la única forma como se cumple aquello de “saber es poder”. Si el conocimiento que la persona comienza a adquirir lo abruma porque no es el que había pensado o deseado, no hay que alarmarse, porque esa dificultad es natural e inevitable. A todos les pasa lo mismo, pero hay que pensar que pese a lo engorroso que pueda ser el aprender, es mucho mas terrible pensar en un hombre o mujer sin este aliado, o sea, sin este saber que siempre estará a su lado para ayudarle y sostenerle.

Un hombre de saber o de conocimiento, es alguien que ha seguido de verdad las penurias del aprender. Es un hombre que sin apuro, sin vacilación, ha ido lo más lejos que se puede en el arte de desenredar los secretos del saber y del poder. No cualquiera puede ser un hombre de saber. Para serlo debe vencer a su cuatro enemigos naturales: 1. el miedo a quedarse solo al aprender cosas que no saben los demás y que pueden hacerle salir del camino que sigue todo el rebaño humano al cual él pertenece; 2. la autosuficiencia motivada por la claridad mental, que lo hace no dudar de que todo cuanto hace y reflexiona está bien; 3. el poder del conocimiento, mal entendido y peor usado; 4. y por último la vejez.

No hay requisitos especiales que un hombre deba cumplir antes de comenzar a luchar contra estos cuatro enemigos naturales. Todas las personas son aptas para ello. Por lo tanto cualquier persona puede llegar a ser un hombre sabio, pero muy pocos llegan en verdad a serlo; y eso es natural porque los cuatro enemigos, que están siempre al acecho en el camino, son formidables, son de verdad poderosos, y la mayoria se pierde en ellos. El resultado de la lucha contra esos cuatro enemigos naturales es imposible de predecir. Ser un hombre sabio no es en verdad algo permanente. En realidad es muy dificil ser en forma estable un hombre sabio. Mas bien uno se hace hombre sabio por momentos, aquellos momentos en los que se logra vencer a los cuatro enemigos naturales ya nombrados.

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